viernes, 27 de mayo de 2011

Penalti de cabeza

Páginas blancas, vacías
anémicas de besos
escribía un Maradona del amor.
La noche se le hizo tarde, tan temprano,
que enfermaron de otoño los inviernos
y de primavera los veranos.
Y otra vez a sobornar al calendario
para mantener a los amores peregrinos
los que se alimentan con Cartier y Rolex,
los que fueron exiliados de la capital
del te quiero y los abrazos.
Los que creen estar de vuelta
y sin embargo nunca fueron.

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